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Foto del escritorDoctora Rodríguez Muñoz

Las dentaduras postizas de George Washington


Dentadura Washington

La leyenda cuenta que George Washington era un hombre tímido al que le costaba sonreír. Pero la realidad es que esa actitud se debía puramente a motivos estéticos provocados por la pérdida de su dentadura. El que fuera el primer presidente de los Estados Unidos se quedó sin su primer diente a los 20 años y, a los 56, cuando fue nombrado primer mandatario de la nueva nación, solo tenía uno. Por ese motivo siempre usó dentaduras postizas con un hueco por el que sobresalía la pieza sana.


Mucho se ha hablado también acerca del material del que estaban hechas sus dentaduras. Según un estudio realizado por especialistas de la Universidad de Virgina, no eran de madera sino que, al menos una de ellas, estaba fabricada con marfil de elefante e hipopótamo, dientes de vacuno, asno y también de humanos. El aspecto siniestro de la historia viene sobre la posible procedencia de esos dientes, ya que los investigadores consideran probable que fueran de esclavos. Al parecer, en aquellos tiempos era bastante frecuente que los dentistas comprasen sus dientes a los esclavos por cantidades irrisorias de dinero y también a las personas que vivían en la miseria. Aunque es casi imposible saber con exactitud su procedencia, esto conduce a revisar cual fue la postura de George Washington sobre el tema de la esclavitud teniendo en cuenta que firmó algunas leyes que trataban (al menos en teoría) de "humanizar algo" esta inhumana práctica.


Volviendo al posible origen de los dientes, tampoco se descarta la posibilidad de que procedieran de muertos. De hecho, era una práctica común arrancárselos a los caídos en el campo de batalla, para venderlos después a los dentistas y médicos de las ciudades cercanas.

George Washington  dentadura
Retrato de George Washington de Rembrandt Peale

Las piezas eran empotradas en puentes de plomo con muelles de oro y otros metales resultando dichas monturas eran especialmente incómodas y convirtiendo a quienes las usaban en seres bastante desdichados y con facciones desfiguradas, como puede apreciarse al detallar algunos retratos conocidos de Washington en donde su boca aparece visiblemente dilatada. Por ejemplo, en los cuadros que pintó Rembrant Peale (en imagen) se ve claramente una cicatriz blanquecina en la mejilla, posible resultado de los problemas dentales que sufría, y una hinchazón alrededor de los labios, algo que puede verse incluso en los billetes de dólar. Se supone, además, que durante los discursos del primer presidente de EEUU, se podría escuchar levemente un desagradable chasquido de castañuelas, típico de las prótesis dentales del siglo XVIII.


El hecho es que, como para cualquier presidente actual, la imagen de mandatario "sólido"y "monumental" era crucial para el hombre de Estado y preocupaba bastante a Washington y a su entorno y sus dentaduras postizas eran de lo mejor que podía encontrarse por aquella época para satisfacer dicha imagen presidencial.


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